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Juan Hiribarren Eyheramendy amante de las tradiciones

Cápsulas de la memoria

Juan Hiribarren Eyheramendy amante de las tradiciones

Publicado el 04/06/2020
Nació el 16 de septiembre de 1931, hijo de Don Bernardo Hiribarren Oyarcabal y doña Gracy Eyheramendy Larroulet.
Nació el 16 de septiembre de 1931, hijo de Don Bernardo Hiribarren Oyarcabal y doña Gracy Eyheramendy Larroulet.
“El progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer, sino, al revés, en conservar aquella esencia del ayer que tuvo la virtud de crear ese hoy mejor”, con esta frase del filósofo español José Ortega y Gasset, los yerbabueninos recuerda al ex alcalde don Juan Hiribarren Eyheramendy, por ser quien la acuñó como carta de presentación de nuestra comuna histórica. Los invitamos en esta cápsula a recuperar, desde distintas fuentes, la figura de este personaje en la historia yerbabuenina.

Nació el 16 de septiembre de 1931, hijo de Don Bernardo Hiribarren Oyarcabal y doña Gracy Eyheramendy Larroulet. Es recordado en la comuna por siempre tener un "…trato cordial, de mucho respeto y preocupación hacia los habitantes de su comuna y también a los funcionarios municipales" recuerda María Elba Gálvez Moreno, ex directora del Museo Histórico de Yerbas Buenas, quién en sus memorias aporta antecedentes de su gestión edilicia y otras acciones que sitúan a don Juan como un personaje relevado por la comunidad y destacado en la colección fotográfica de nuestro Museo.

Durante la realización del taller de memoria en el Museo, fueron innumerables lo recuerdos y relatos que surgieron en torno a su figura, pero sin duda todos apuntaban a retratarlo así: "Es de las pocas personas que cuando uno dice es un caballero uno se acuerda de Juan Hiribarren, era un señor amable, no le encontraba defecto."

Desde la fundación de la Municipalidad de Yerbas Buenas en 1894 se sucedieron 47 periodos edilicios, de los cuales 5 correspondieron a la administración de don Juan Hiribarren. En este rol es recordado por toda la comunidad como "…uno de los alcaldes que más ayudó a la gente de Yerbas Buenas, se dio cuenta de lo que más necesitábamos." Siempre mostró un acercamiento real a las necesidades de los habitantes de la comuna "...él cuando fue alcalde me apoyó. Él mandó a unas personas de acá de Yerbas Buenas para que fuéramos a Quinamávida a buscar crin, porque yo sé hacer ese trabajo, y en eso comencé a trabajar yo, porque quedé con cuatro hijos. Él, todos los meses me mandaba a dejar mercadería a mi casa, porque yo quedé con los brazos cruzados después de la muerte de mi marido, sin tener nada… él fue muy bueno conmigo... Tengo muy lindos recuerdos de él."

Gracias a las gestiones edilicias de don Juan se logró conservar las características fundacionales propias y auténticas del estilo colonial de Yerbas Buenas, ya que por Decreto Alcaldicio, de su periodo, no se puede alterar la infraestructura colonial tradicional del pueblo, lo que ha permitido mantenerla a lo largo del tiempo.

"En ese tiempo se acuñó la frase con la que se identifica Yerbas Buenas, que dice: el progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer, sino al revés, conservar esa esencia del ayer que puede crear un hoy mejor. Él era muy amante de las tradiciones, se conservaron las casas con tejas por él, él luchó para que los árboles no se cortaran, los castaños, por él se conserva Yerbas Buenas como está. Si no los habitantes la hubiesen cambiado qué tiempo, él hizo todas las gestiones para declarar zona típica los corredores y su entorno."

 

Los 5 periodos en que fue alcalde, comprendieron los años 1960-1963; 1963-1967; 1982-1988; 1992-1996 y 1996-2000. Sin duda años en los que se definieron aspectos trascendentales en relación a la conservación del patrimonio yerbabuenino, que hoy nos posiciona como comuna histórica.

Nuestra ex directora, la señora María Elba Gálvez Moreno, en su libro "Yerbas Buenas: Un encuentro con nuestra historia", recuerda de don Juan Hiribarren:

"Llegó a la Municipalidad en 1960 a los 29 años de edad, se mantuvo a la cabeza de esta tierra huasa por varios períodos como Alcalde, pero además, desempeñó una gran trayectoria pública ocupando diversos cargos, a través de los cuales consolidó su vocación y el amor a su tierra.

Don Juan fue un gran Padre, amigo irremplazable, afectuoso y sabio consejero, muchos que le conocieron lo recuerdan como un hombre que sabía perdonar, que en su esencia era muy altruista, en fin, un amigo de todos; niños, jóvenes y ancianos. Preocupado por los más necesitados, se ganó siempre el respeto y el afecto de todo el mundo que lo rodeaba.

Su ejemplo de vida fue el mejor legado para su familia y para toda la gente que lo conoció.
Su inesperada partida, ocurre abruptamente, un 12 de septiembre del 2004, mes de la Patria, donde surge con más fervor el ambiente de chilenidad y tradición que enlutó nuestros corazones y nos hizo llorar su partida. Todos sus amigos y parientes, se citaron en el recinto de la Medialuna municipal de Yerbas Buenas para despedir al ex Alcalde y al actual Concejal de Yerbas Buenas, debido a la gran cantidad de gente que llegó a la misa se decidió cambiar el lugar desde la Parroquia Santa Cruz hacia el inmueble antes mencionado, donde se instalaron cerca de 500 sillas hasta la entrada del recinto que está al lado del Museo Histórico, donde se instaló la gran multitud. Miles de personas asistieron a los funerales del ex alcalde de Yerbas Buenas. No cabe duda que su partida nos dejó una huella profunda y marcada, no solamente a nosotros sino a todos aquellos que tuvieron la suerte de estar a su lado y conocer a un huaso de verdad.

En esa oportunidad distintas personas rindieron su sentido homenaje al extinto; autoridades, amigos y Alcalde. Respecto a su deceso repentino, nadie se imaginó este terrible desenlace, él había ido por una simple operación a Santiago y no volvió jamás con vida. Dejando una gran tristeza en el alma de sus coterráneos y amigos."

Con estas sentidas palabras queremos dar término a nuestra cápsula de la semana, donde claramente queda expreso el cariño y el afecto que genera la figura de don Juan Hiribarren, pero también el agradecimiento hacia la persona generosa que fue en vida. Por último recordar las palabras de su hijo homónimo, durante el funeral de su padre, quien dijo que nunca debemos olvidar a quien un día nos tendió la mano, y que nuestra gratitud no sólo debe ser demostrada en el momento del gesto, sino por siempre.Esta cápsula de la memoria rinde ese homenaje y ese reconocimiento.

Bibliografía.
Gálvez Moreno, María Elba. Yerbas Buenas: Un encuentro con nuestra historia. 2000.